Cinco otras cosas que impresionaron al auto.
Cinco otras cosas que impresionaron al auto.
Hola, soy Rover, y yo llevo conmigo una familia que hace un viaje alrededor del mundo.
Les voy a contar cinco cosas que me impresionaron:
Comienzo por hablarles sobre la alimentación. En Asia Central, la comida es muy diferente a la de Francia, por que aca comen mucho arroz con carne de caballo, agregan bastante picante a la comida (por que nos acercamos de la India) y, sobre todo, comen mucho caviar, por que no es caro (ya que lo consiguen aqui mismo). Para tomar, consumen mucho té con leche.
El problema es el agua de la canilla, por que viene de unas cañerías muy antiguas, que traen dentro muchos metales pesados, y también a veces traen suciedades. Otras, en ciertos pueblos, pasan por afuera y me imagino que en pleno invierno se congela el agua. Es por eso que toman solo agua de botellas.
En Kirghysztan, en ciertos lugares de altitud, se puede tomar el agua que viene directamente de la montaña.
¡Ah! También me contaron que en Kazakstán y ciertas partes de Kirghysztan, y sobre todo en Rusia, la gente no tiene casi nunca la sonrisa. No acostumbran sonreír, como nosotros en Europa. Pero cuando me ven, se les ven hasta los dientes, y nos gritan en ruso «- vienen a casa, ¿sí ?!» re contentos! ¡Hasta una vez, me pararon en medio de la ruta para sacarse una foto conmigo!
No sonríen, por que piensan que sonreír todo el tiempo es un poco tonto; y que pueden parecerse a un payaso que va a comprar tomates en el supermercado.
Me acuerdo, que un día, en la calle, cuando estaba estacionado, una niña que tenía como cinco años, que estaba paseando con su padre, me vio y gritó: «- Oh! ¡Machine! (que quiere decir: «Oh! ¡El auto!»)», pero el padre no miró, y no puso sonrisa. Es como que no le importaban las cosas que decía su hija ya que, de esa manera, me parece que le estaba enseñando a su hija a no sonreír (¿Triste no?).
Lo que más me gustan (para mí, por que creo que a mis dueños no), ¡son las rutas en el desierto y en la montaña! En el desierto hay rutas de costado que son de tierra y cuando andaba sobre ellas, me divertía mucho con los agujeros. A veces, encuentro agujeros de agua, entonces cuando el que me conduce no los ve, una de mis ruedas se pone adentro y me salpica todo.
Las rutas de las montañas tienen tantas, pero tantas curvas, que no puedo ir muy rápido. En los carteles está marcado «20 km/h máximo»; 20 es una tortuga que va a galope. Al final, me di cuanta que era mas razonable ir despacito por que vi un camión volcado en una curva peligrosa. ¡¡¡Qué miedo!!!
Después de las montañas, cruzamos la frontera entre Kirghysztan y Uzbekistán. Es una frontera muy severa y muy larga. Recuerdo qua había perros que sentían los vehículos en busca de alcohol o droga. En un momento, un militar preguntó a mi dueño, si llevaba alcohol o armas, y por supuesto, dijo que no.
Cómo somos turistas, hicieron pasar a mis dueños delante de todas las otras personas, como si fuéramos reyes. Del otro lado, la gente esperaba en la cola, con las bolsas sobre la cabeza, en los brazos y en las manos. También llevaban potes de flores.
Unas personas estaban transportando sillones sobre la cabeza, y también mesas. Cuando los apoyaron en el suelo para ir a mostrar sus papeles, unos militares aprovecharon para sentarse y sacarse unas fotos.
Lo que más me sorprendió, es la ciudad de Biskek, la capital de Kirghysztan, porque en el centro centro hay restaurantes muy elegantes y grandes plazas con arboles que se iluminan de noche, con un carrefour de una escultura en forma de cosmos y planetas. La ciudad comportaba calles de asfalto sin suciedades.
Más afuera, las calles de tierra aparecen con casitas de ladrillo y techos de metal, autos mucho menos modernos, y se puede ver más pobreza.
Un tal contraste es lo que más me sorprende de todo lo que les estoy contando.
(¡Acuérdense que el que habla es Rover, el auto que puede ir en todas partes! Por eso le gustan las rutas de tierra con agua, y no las ciudades con pura tecnología, como Astana en Kazakstán).
Atención: Este texto fue escrito con la ayuda de Ona, porque Rover no tiene manos, pero ruedas.
Rover Land